Venturada tiene una extensión de 9.80 km limita al norte con el término de Cabanillas de la Sierra, al este con los de Redueña y El Vellón y, al sur con Guadalix de la Sierra, y al oeste comparte límites con los ya mencionados términos de Guadalix y Cabanillas de la Sierra.
El territorio ocupado por el municipio se configura alrededor de dos valles. Al este, la confluencia de los arroyos Sacedón y Cabozo en un valle – Santa Lucia – muy encajado y de pronunciada topografía, donde se alzan las cotas más bajas de Venturada, con 750 m de altitud. Al oeste se sitúa el valle interior del arroyo Albalá, que recorre el término de norte a sur por la zona occidental y que va a desembocar en el embalse de El Vellón. Este valle, menos abrupto que el del arroyo Sacedón, forma una llanura ondulada ocupada por vegetación herbácea.
Además de las corrientes naturales de agua que surcan el municipio, el Canal Alto de Isabel II lo atraviesa en sentido noreste-suroeste, uniendo el embalse de El Atazar con el de El Vellón.
La variada topografía del término da lugar a que se puedan distinguir tres zonas con vegetación y suelos diferentes:
La vegetación dominante en el sector sudeste, donde se localiza el monte de Venturada (ocupado hoy en día por la urbanización Los Cotos de Monterrey) está compuesta por formaciones más o menos densas de encinares adultos mientras que en los fondos de los valles y arroyos son los fresnos y choperas las formaciones vegetales predominantes.
En el sector noroeste, donde se encuentra el valle de Sacedón y el Taso de los Corrales, los suelos son pobres, predominando los pastizales y el monte bajo con reducidas formaciones arbóreas.
La mitad oeste, que corresponde a la llanura del valle interior del Albalá y al Teso de la Caleriza, está ocupada por formaciones de pastizales, monte bajo y cultivos herbáceos fundamentalmente, con la aparición de viñas muy dispersas.
La importancia que hasta no hace muchos años tuvo la ganadería como base económica de los pueblos de la Sierra Norte madrileña hizo que todo el territorio se surcara de numerosas vías pecuarias que hacían posible la trashumancia, tanto local como nacional, entre el norte y el sur peninsulares.
El término de venturada contenía una considerable red de coladas por donde atravesaba el ganado en busca de pastos estaciónales. Este tipo de vías está relacionado con la trashumancia local que se ejercía dentro del mismo municipio y con los vecinos. Once coladas y una vereda formaban una red de vías pecuarias muy tupida que ponía en contacto el núcleo de población con los pastos y dehesas comunales. Entre ellas destacan por su importancia relativa la vereda “Los Llanos”, la colada “Ganados de las Huertas” y la colada del “Boquerón de la Dehesa”.
En el término municipal se distinguen tres núcleos de población: el de Venturada, con cinco sectores, el de Los Rosales y el de Cotos de Monterrey. El núcleo de Venturada está situado en el centro geográfico del municipio, dominando sobre la divisoria de aguas la cabecera del valle oriental de Santa Lucía y desde las laderas del cerro de la Paja el valle del Albalá. Está cortado en dos por la antigua Nacional I, en cuyo margen oriental se sitúan los sectores del casco antiguo y las Eras, y en el occidental los de Tolle Lege, el Rocinal y Cerro de la Paja.
El núcleo de Los Rosales se asienta al pie de la ladera sudoeste del Cerro de la Estaca, formando un asentamiento aislado que se emplaza a medio kilómetro de venturada, a la que se une por el camino de la Callejuela.
La zona oriental está ocupada por Los Cotos de Monterrey que, por su extensión, se configura como el núcleo más importante del término municipal en la actualidad.